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Comunicación asertiva en pareja, la clave para fortalecer vínculos

En las relaciones de pareja, la comunicación es vital y el cimiento que sostiene la conexión emocional y el entendimiento mutuo. La comunicación asertiva, en particular, es una herramienta poderosa que permite expresar pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa, fomentando un ambiente de confianza y empatía. No se trata solo de hablar, sino de saber cómo hacerlo para que el mensaje llegue de manera efectiva sin causar malentendidos ni conflictos innecesarios. En artículos anteriores de este blog hemos hablado sobre qué es ser asertivo y de las habilidades clave para comunicarnos de forma asertiva, pero queríamos hacer un apartado especial para la comunicación asertiva en pareja, ya que supone un reto en muchas relaciones y con ella se consiguen grandes logros afectivos.

Beneficios de la comunicación asertiva en la pareja

  • Mejora de la comprensión mutua: Expresarse de manera clara y directa permite que ambos miembros de la pareja comprendan mejor las necesidades y deseos del otrx, fomentando la empatía y el entendimiento.

  • Reducción de conflictos: Abordar los desacuerdos de manera constructiva disminuye la frecuencia e intensidad de los mismos. Por ejemplo, en lugar de gritar “¡Siempre llegas tarde!”, se puede decir “Me siento preocupada cuando llegas tarde sin avisar. ¿Podrías enviarme un mensaje la próxima vez?”.

  • Fortalecimiento del vínculo emocional: Expresar las propias necesidades y escuchar activamente a la pareja fortalece la conexión emocional, creando un entorno en el que ambos se sienten valorados y comprendidos.

Ahora que conoces las ventajas que supone la comunicación asertiva en pareja, pasemos a lo importante, las claves para llevarla a cabo en pareja. ¡Toma buena nota!

Cómo tener una comunicación asertiva con mi pareja: claves para conseguirlo

1. Haz peticiones en lugar de demandas

Pedir siempre es mejor que exigir o imponer. Tenlo muy presente en tu comunicación asertiva en parejas: Ejemplo: “¿Podrías bajar el volumen de la música mientras hablamos?” en vez de “¡Baja ese ruido ahora mismo!”. O bien: “¿Puedes ayudarme con la cena esta noche?” en lugar de “¡Siempre tengo que hacerlo todo yo!”

2. Formula preguntas en lugar de hacer acusaciones

Antes de que tu dedo acusador salte en una conversación, plantéate preguntar primero: “¿Te diste cuenta de que te quedaste callado durante la cena?” en vez de “¡Nunca hablas conmigo en las cenas!”  O por ejemplo: “¿Podrías decirme lo que opinas sobre esto?” en lugar de “¡Nunca me dices lo que piensas!”

3. Evita las generalizaciones

Los “nuncas” y los “siempres” están de más y, en la inmensa mayoría de los casos, son falsos y nuestro mensaje pierde credibilidad y fuerza cuando los usamos. Es mejor decir “Últimamente me encargo yo más de recoger la cocina” en lugar de “Nunca haces nada de las tareas de la casa”, o por ejemplo: “He notado que últimamente no hemos tenido tantas conversaciones profundas” en vez de “Siempre evitas hablar de cosas importantes”.

4. Alinea la comunicación verbal y no verbal

Cuando hay discrepancia entre ellas, la que prevalece es la no verbal (es más difícil mentir con el cuerpo que con las palabras), así que sé coherente si quieres que tu mensaje tenga peso y credibilidad. Por ejemplo: “Estoy escuchándote” mientras miras tu teléfono, no es creíble. En vez de eso, haz contacto visual y asiente para mostrar que estás presente.

5. Escoge el momento adecuado

No siempre es oportuno sacar un determinado tema y la precipitación puede hacer que una conversación positiva se transforme en un conflicto por no haber sabido escoger un buen momento. Por ejemplo: hablar sobre temas importantes cuando ambos estáis relajadxs, pero no justo antes de dormir (para que la necesidad de descanso no sea un impedimento para tener la conversación o el sueño no os venza). También es buena idea evitar discusiones serias cuando uno de lxs dos está apresurado o estresado. Mejor pregunta cuándo es un buen momento o di, “¿Podemos hablar de esto más tarde cuando estemos menos ocupados?”

6. Utiliza palabras amables y un tono adecuado

Aunque parezca obvio, a veces con nuestra pareja es con quien más se nos olvida. Veamos un ejemplo: “Agradezco tu esfuerzo, pero me gustaría que intentaras hacerlo de esta manera…” en vez de “¡Eso no está bien hecho!”. Usa un tono amistoso al hacer peticiones (no olvides que tú eres el primer interesadx en que tu pareja responda positivamente a esa petición): “Me gustaría que me ayudaras con esto” en lugar de un tono autoritario, “¡No te quedes ahí parado! ¡Espabila y haz esto ahora mismo!”

7. Evitar recurrir al pasado

Airear los trapos sucios del pasado nunca es una buena idea de cara a tener asertividad en la pareja. Aborda el problema actual: “Me siento molesto porque no hayamos limpiado la cocina hoy” en lugar de “Siempre dejas la cocina sucia”. Y mantén el foco en la situación presente: “Hablemos de lo que podemos hacer ahora” en vez de “Esto no es la primera vez que pasa”. Y por supuesto, evita los “te lo dije” y expresiones similares; no suman en la comunicación y generan un clima hostil (y cada uno de los “te lo dije” que te callas, te engrandece).

8. Enfócate en las soluciones

Ante un conflicto en lugar de centrarte en ganar la discusión, enfócate en encontrar soluciones satisfactorias para ambxs. Esto puede incluir compromisos, acuerdos o nuevas formas de abordar un problema. Por ejemplo, “¿Cómo podemos organizar mejor nuestras finanzas para evitar estas discusiones?”.

9. Toma una pausa si es necesario

Si la conversación se pone tensa y algunos de los dos eleva la voz o se empieza a sentir airado, es momento de hacer un “tiempo fuera”. Seguir hablando sólo empeorará las cosas, ya que no hay una actitud positiva y resolutiva, sino defensiva. No dejes de solicitar este tiempo si lo precisas: “Necesito unos minutos para calmarme antes de seguir hablando” en lugar de seguir discutiendo en un estado emocional elevado. Si quieres saber más sobre esta técnica, en este vídeo sobre Cómo vivir en pareja y no separarse en el intento se explica claramente.

10. No esperes que tu pareja adivine tus pensamientos

Tu pareja por mucho que te conozca no está en tu mente. Comunica de forma abierta y clara lo que te preocupa o lo que consideras importante y no habrá que presuponer cosas, minimizando así los malentendidos. Ejemplo: “Pasar tiempo a solas es importante para mí y necesito tener mi espacio. Quiero que lo sepas para que no interpretes esto como falta de amor hacia ti”.

11. Practica la escucha activa

Del mismo modo que es importante la coherencia entre lo verbal y lo no verbal es importante que hagamos saber a nuestra pareja que la estamos escuchando con los 5 sentidos. Para ello podemos asentir y usar gestos que corroboren que estamos entendiendo lo que nos comenta, podemos parafrasear partes de la conversación, y sobre todo escuchar para comprender y no solo para responder: ¿cuántas veces te ha pasado que mientras tu pareja te habla estás más pendiente de lo que le vas a contestar después que de lo que dice? Pues eso, escucha para comprender primero.

12. Sé honestx

Como comunicarse asertivamente con la pareja va de la mano de la sinceridad. Si no te gusta algo, dilo de manera respetuosa: “No me siento cómodo con esta situación” en vez de fingir que todo está bien. Y si has cometido un error, admítelo con humildad en vez de buscar excusas o culpables.: “Lo siento, me equivoqué al hacer esto.  

Fomentar la comunicación asertiva en la pareja no solo mejora la relación, sino que también contribuye al crecimiento personal. Practicar estas técnicas de comunicación asertiva en pareja ayuda a construir una relación más satisfactoria y resiliente, donde cada miembro se siente escuchadx y valoradx. Y si quieres saber todavía un poquito más sobre la comunicación asertiva en pareja, no te pierdas el siguiente vídeo de nuestro canal.

Rebeca Lajos Rañó
Terapeuta de pareja en Aidé
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