El objetivo de este juego erótico en pareja es aprender a despertar la excitación de la pareja de una forma efectiva, es decir, como a nuestra pareja le gusta específicamente. Como los genitales están tan típicamente asociados a la excitación y el placer, el reto va a ser aprender de qué otras formas nuestra pareja puede pasárselo muy muy bien y conseguir subir la temperatura a tope, y solo al final, cuando la excitación sea altísima, incluir los genitales en el juego ya sea mediante estimulación manual u oral, (sin coito) y así tratar de facilitar el orgasmo de la pareja.
Es un juego sexual para conocer mejor a nuestro compañerx (incluso puede que de paso aprendas más sobre ti mismx), y este juego de aprendizaje va a requerir de cierta práctica hasta que consigamos hacerlo con fluidez. Para llegar a este nivel de “expertx”, primero tendremos que pasar por una fase teórica, para luego dar paso a la práctica. No se trata de un examen, sino de un juego de aprendizaje, donde la mejor actitud que se puede tener es la de estar abiertx, receptivx y con ganas de conocer aún más a la persona que tenemos enfrente, llevemos meses juntxs, o toda una vida. Si ser un buen o buena amante consiste en saber dar placer a nuestra pareja de la manera en la que le guste, sin duda este juego es la mejor manera de conseguirlo.
A lo largo del tiempo las relaciones de pareja pasan por diferentes etapas, donde el deseo sexual oscila, y si está bajo en unx de los miembros, el otrx a veces no sabe muy bien cómo acercarse e iniciar un contacto. Incluso, en ocasiones lo hace de una forma que genera aún más rechazo en la otra parte. Este juego erótico en pareja nos dará herramientas para aproximarnos al deseo y la excitación cuando éste esté en horas bajas, pero ¡ojo!… No es una pócima mágica. Puede haber ocasiones en las que por mucho que conozcamos a nuestrx compañerx y por muy bien que lx hagamos sentir, no le apetezca tener un encuentro (problemas físicos, agotamiento, estrés, ansiedad, preocupaciones importantes, sobrecarga mental…). No se debe forzar la situación, ya que todo lo que es forzado es enemigo del deseo que intentamos despertar. Para más información sobre cómo aumentar el deseo sexual, puedes consultar nuestro artículo sobre Ley de la Reciprocidad. Tratamiento para aumentar el deseo sexual. Además, si sientes que tu relación no está funcionando, nuestro artículo sobre ¿Por qué mi relación ya no funciona? El límite que, como pareja, nunca debéis cruzar puede servirte mucho de ayuda.
Saber despertar el deseo y la excitación es un arma muy poderosa que no muchas parejas tienen. Con el apetito sexual pasa como con el apetito por la comida; si me encanta lo que como, me satisface y la comida está hecha a mi gusto, casi siempre me apetecerá comer incluso a veces sin ni siquiera tener hambre. En el caso contrario, cuando la comida no me gusta, no me satisface, o no está hecha de la manera que prefiero, esto me bajará el apetito, comeré por necesidad, pero no por gusto, y seguramente comeré menos y el momento de la comida no será algo que espere impaciente sino más bien una obligación. Pues bien, con el deseo sexual ocurre algo similar. Si cada vez que me involucro en una relación sexual, ésta es placentera, excitante, me encanta, obtengo con ella lo que necesito, de la forma que lo necesito y acabo satisfechx con ese encuentro, lo habitual es que me apetezca repetir estos contactos en el futuro. Si no es así, es probable que, aún viendo el sexo como algo importante en la relación, no ocupe un puesto muy alto en mi escala de prioridades y acabe “dejándolo para mañana” (o para pasado, o para el finde, o para el mes que viene…).
Por último, decir que algo muy importante para jugar bien a este juego sexual en pareja, además de tener una actitud abierta, es ser generosxs. En este juego no debemos caer en la trampa de seguir haciendo lo que nos apetece, o lo que siempre hemos hecho, sino atender a lo que nos demanda nuestra pareja. En este juego se trata de aprender del otrx, así que lo mejor es partir de cero. Todxs queremos ser buenxs amantes, pero a veces se nos escapa que el mejor manual de instrucciones para conseguirlo lo tenemos delante: es nuestra pareja (y no lo que hemos oído, leído o hecho anteriormente). ¿Capisci?