AIDÉ Psicología


CÓMO TOMAR BUENAS DECISIONES:
UNA TÉCNICA INFALIBLE

Constantemente estamos tomando decisiones. Algunas más conscientes y otras más inconscientes; algunas más sencillas y otras más complejas, pero DECIDIR es algo inevitable. De hecho, se estima que decidimos unas 35.000 veces al día, aunque más del 99% son elecciones automáticas. Así que si crees que te cuesta tomar decisiones, que sepas que sólo te ocurre con el 1% de las mismas… ¿A que ya no te parece tan terrible?…😝

 

De todos modos, si sientes que te cuesta tomar decisiones más que a la media de la población, probablemente lo que está detrás de ello es el miedo: miedo a equivocarte, al qué dirán o pensarán lxs demás, a no estar a la altura o a consecuencias de esa decisión que en tu mente se plantean como catastróficas…

 

Otro de los “viles” enemigos de la toma de decisiones es la llamada “parálisis por análisis”: de tanto darle vueltas y más vueltas al asunto y de tanto sobrepensar, la decisión se vuelve cada vez más compleja y tienes la sensación de que todavía no tienes toda la información que necesitas para llegar a la decisión final. Y por supuesto, no podemos olvidar a las mentes perfeccionistas que tanto ansían llegar a la decisión correcta y perfecta y ésta, nunca llega. Y quizás el verdadero error sea, en última instancia, no decidir.

 

Así que, aquí te traemos unas claves sencillas para la toma de decisiones y una herramienta muy útil que te ayudará a desbloquear el proceso cuando el miedo, el exceso de análisis o el perfeccionismo, te jueguen malas pasadas.

Claves para la toma de decisiones

1. Analiza todas tus opciones: piensa la mayor cantidad de opciones que se te planteen en la elección (mejor si es por escrito, incluso en un formato de “lluvia de ideas”).

2. Visualízate en cada una de esas opciones: ¿Cómo te sientes? ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Me veo feliz en esta opción? Esto te dará mucha información para la toma de decisiones, de cara a quedarte con alguna o a descartar aquellas que menos te resuenan.

3. La hora de los PROS Y CONTRAS: todxs hemos hecho alguna vez la lista de pros y contras para tomar una decisión, pero la solemos hacer de forma muy superficial. Aquí te vamos a mostrar una herramienta muy potente para analizar en profundidad tus opciones y para darte un dato cuantitativo que te ayudará a ver más claramente la idoneidad de tu elección. 

Para ello, ten en cuenta los siguientes pasos:

En una hoja (de papel o de cálculo), escribe todos los pros y todos los contras que se te ocurran de cada una de las opciones para la toma de decisiones. Intenta ser exhaustivx y no dejarte nada en el tintero (incluso puedes hacer este paso en varios días, para dar más margen a tu imaginación).
Puntúa de 0 a 10 cada uno de esos pros y esos contras en base a cuán importantes son para ti (por ejemplo, si estás valorando un cambio de trabajo, el sueldo puede ser importante, pero quizás el horario lo sea más porque necesitas conciliar tu vida familiar y laboral, por lo que este último pro tendrá más valor subjetivo y más puntuación para ti). Este punto es clave, ya que no es suficiente con enumerar los pros y los contras, sino que tienes que ver el peso específico que tiene cada uno de ellos para ti. Una vez puntuados, párate y haz una primera reflexión: ¿qué sensación tienes con respecto a cuál es la mejor opción para ti? ¿Hacia dónde se decanta la toma de decisiones?
Evalúa si cada uno de esos pros y esos contras tiene un efecto a corto plazo o a largo plazo (se suele considerar “corto plazo” menos de un año -aunque esto dependerá de cada elección-). Como es lógico si una consecuencia es positiva, lo será más si es a largo plazo que a corto, y viceversa. Una vez explicitado el corto o largo plazo de los pros y contras, vuelve a evaluar tus sensaciones respecto a qué opción va pareciendo la más idónea.
Multiplica por uno la puntuación de los pros y contras si es a corto plazo y multiplica por dos si son a largo plazo: como queremos extraer un valor numérico para que te ayude a la toma de decisiones, esta es la manera de dar más peso al largo plazo sobre el corto. Una vez más al terminar este cálculo, evalúa tus sensaciones ahora que has añadido este nuevo parámetro.
Suma los pros y réstale los contras y obtendrás el número para comparar entre las diferentes opciones: el número mayor será el de la opción más conveniente. Si alguna puntuación es negativa, implica que esa opción tiene más contras que pros, por lo que no debe ser la elegida (salvo que todas acaben siendo negativas, cosa que nos llevaría no a elegir la mejor de las opciones, sino la menos mala…) 😅. De todos modos, pese a que este proceso de toma de decisiones busca un dato cuantitativo, lo interesante del mismo no está en el dato numérico, sino en el proceso de reflexión al que nos conduce durante todo su desarrollo. Eso es lo que hace verdaderamente potente a esta herramienta.

Veamos brevemente un ejemplo para que sea más sencillo de entender. En este caso los PROS (43), ganan a los CONTRAS (32), y la puntuación final en caso de tener que compararla con otras opciones, sería de 43-32=11.

OPCIÓN 1: CAMBIAR DE TRABAJO

4. Pon fecha para poner en marcha tu decisión: en ocasiones lo que frustra un proceso de toma de decisiones es pasar por alto este punto. Una vez elegida la opción, no olvides agendarla y pasar a la acción o todo el proceso habrá sido en vano. La procrastinación aquí puede ser tu enemiga.

5. Ten presente que no existe la decisión “correcta”: cada decisión que tomes implicará abrir un camino que te llevará a un destino necesario. Si al llegar descubres que no era el lugar donde querías estar, no desesperes: recalcula, reorienta y emprende el nuevo camino hacia tu objetivo. En la vida no existen los errores, existen los aprendizajes.

6. Decisión tomada = Decisión olvidada: una vez que tomes una decisión y la pongas en marcha, no te quedes dándole vueltas al qué podría haber pasado si hubieses tomado otra decisión. No puedes volver atrás en el tiempo y pensar en que otra opción podría haber sido mejor, no sólo no te aportará nada bueno, sino que además es sólo una hipótesis (nunca sabrás que podía haber pasado realmente de haber elegido otro camino, porque no lo has elegido). La opción que elegiste es la adecuada porque es la que elegiste. Punto.

7. Deja que el azar decida por ti en decisiones “chorras”: perdemos mucho tiempo a la hora de tomar decisiones irrelevantes y que nos son indiferentes y a veces eso nos genera sensación de bloqueo: qué comer en un restaurante con una carta muy extensa, qué ropa me pongo por la mañana, qué película elijo en Netflix… En este tipo de situaciones es muy práctico tener una regla basada en el azar para ayudarnos a no perdernos en la indecisión (tendría el mismo efecto que tirar una moneda al aire):


a. En el restaurante: el plato que esté en la mitad del menú (por ejemplo, si hay 15 platos, escoger el que ocupa la octava posición en la carta).
b. En el armario: abrir el armario, cerrar los ojos y señalar con el dedo al azar (esta también vale para la carta del restaurante).
c. Película de la cartelera: la que tenga más vocales en su título, la primera alfabéticamente, la que tenga el título más corto…

Ahora ya no tienes excusa para no tomar decisiones por miedo, perfeccionismo o “exceso de seso”. Con estas claves te será mucho más sencillo. Y si crees que necesitas un asesoramiento más personalizado, no dudes en contactar con nuestro equipo de psicólogas, quienes te acompañará en este proceso de toma de decisiones.

Rebeca Lajos Rañó

Terapeuta de pareja en Aidé

×