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Cómo vivir en pareja y no separarse en el intento. Los mejores consejos

Tienes una relación de pareja estable, lx quieres, tenéis una relación consolidada, una independencia económica, y piensas que es momento de pasar al siguiente nivel: la convivencia (previo matrimonio o no). A pesar de parecer un paso muy “natural”, no siempre estamos preparados para él, y desconocemos que suele ser un momento crítico para la relación (de hecho 7 de cada 10 parejas no lo supera…)

¿Qué significa vivir en pareja?

La convivencia en pareja es la confluencia de dos biografías, con sus luces y con sus sombras, bajo un mismo techo. Es decir, dos egos que se enfrentan sin la posibilidad de volver a su casa después de la batalla… Y eso requiere de ciertas habilidades, que por desgracia, no nos enseñan en el cole y que no siempre aprendemos de la vida… Por lo tanto, parece que no tenemos mucha idea de qué es vivir en pareja y su significado.

Es por ello que queremos presentarte en este artículo una serie de claves o tips para vivir en pareja que seguro te serán de mucha utilidad si estás pensando en dar este gran paso, o te servirán para hacer ajustes y saber cómo mejorar la convivencia en pareja si ya estás en ella. ¿Preparadx?

Reglas para convivir en pareja

1. CONVIVE CUANDO ESTÉS SEGURX DE QUE NO LO NECESITAS: en ocasiones hay personas que deciden dar el paso de la convivencia en pareja como una “huida” (por ejemplo, para salir de casa de sus padres, o para dividir gastos mensuales). Pues bien, estas no son las circunstancias óptimas. Lo ideal es que decidas dar el paso de la convivencia en pareja cuando no necesites de ella, porque esto implicará que es una decisión que tomas desde la suma, es decir, que buscas que te aporte cosas positivas, y no que elimine cosas negativas. Por eso, antes de dar el paso de comenzar a vivir en pareja, pregúntate por qué lo haces y no precipites decisiones si ves en la convivencia una salida, más que la ilusión de compartir el día a día con tu pareja.

2. TU  DIGNIDAD PERSONAL NO SE NEGOCIA:  Cuando se empieza una convivencia en pareja ello implica que hay que armarse de paciencia y tener más habilidades de negociación que un cuerpo diplomático: desde dónde colocar los muebles y utensilios de la casa, hasta las tareas domésticas, pasando por cómo dejar la tapa del WC… Pero, hay cosas que no son negociables: el respeto, tu integridad, y tus principios y valores. Una convivencia sana y un amor de verdad, van de la mano de la ACEPTACIÓN. Si no aceptas a tu pareja, su forma de ser, sus principios o sus valores o si intentas cambiarlx, esa convivencia en pareja está abocada al fracaso. Tarde o temprano saltarán chispas y os convertiréis en enemigos íntimos. Así que, ya sabes, acepta, respeta y por supuesto, hazte respetar.

3. LIBERTAD y ESPACIOS PERSONALES: Vivir en pareja no implica estar juntos 24/7, ni hacer todo juntos, ni convertirse en siameses. La libertad personal y la autonomía debe salvaguardarse, por mucha convivencia que haya. No sólo es sano, sino que es imprescindible que cada miembro de la pareja tenga sus propios espacios personales o, de lo contrario, la sombra de la dependencia planeará sobre esa convivencia. Actividades de ocio por separado, grupos de amigxs no siempre comunes, algún viaje a solas o con otras personas… Es importante que os echéis de menos, o de lo contrario, os echaréis de más. Una convivencia sana y consciente se basa en el respeto y en no forzar nunca nada. El verdadero amor va de la mano de la auténtica libertad, por lo que la convivencia en pareja no debe marchitar este pacto. Así tu relación tendrá un vínculo más fuerte y se forjará desde el “te elijo” en lugar de desde el “te necesito”.

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4. NO DES TU RELACIÓN POR SENTADA: Cuando crees que en tu relación todo está hecho… ¡¡Tiembla!! Ese puede ser el principio del fin. Y esto es algo que ocurre con asiduidad una vez que la convivencia en pareja se convierte en rutina. Mientras vivimos por separado es habitual que nos citemos, que busquemos momentos para la intimidad, que cuidemos nuestro aspecto y apariencia, que nos ilusionamos con ver al otrx, y le echemos de menos. Pero una vez que convivimos, es fácil que esto caiga en el olvido y nos volquemos en sacar adelante el día a día y demos a nuestra pareja por sentada. Pues queridxs amigxs: este es un jardín que hay que regar. De nada vale que hayas mimado y cuidado el jardín de la relación durante años, si luego al convivir, dejas de prestarle atención. Si es así, acabará por secarse, o por convertirse en maleza y malas hierbas. Así que si quieres tener una buena convivencia en pareja, además de una relación de pareja sana, recuerda que tienes que currarte la relación: ten detalles, busca tiempo para compartir de calidad, dale sorpresas, busca momentos para la intimidad, besa y abraza a tu pareja a diario… Y no olvides trabajar para seguir siendo “la mejor opción del mercado”.

5. ASERTIVIDAD: Una buena comunicación es imprescindible para una convivencia en pareja sana. Y en este sentido la asertividad es tu aliada. Ser asertivx implica defender tus derechos personales, sin ofender los del otrx, lo que optimiza la comunicación y optimiza las posibilidades de conseguir tus objetivos (además de ser un pilar básico para tu autoestima). La comunicación asertiva es un tema muy amplio, como para escribir una monografía, pero de todas las herramientas recomendables en pareja, vamos a mencionar simplemente una muy sencilla, pero muy potente: Los MENSAJES YO: cada vez que quieras expresar una opinión, un sentimiento negativo, una crítica o un malestar, incluye en la frase un: “yo siento que”, “yo pienso que”, “bajo mi punto de vista…” En lugar de expresarlo desde el reproche, el ataque o la queja. Habla en primera persona de las emociones, sensaciones o sentimientos que el comportamiento de tu pareja provoca en ti, y no le etiquetes o le atribuyas intencionalidades que no sabes si tiene.

Veamos un ejemplo: en lugar de decir: “Cuando te enfadas, me atacas” diremos; “Cuando te enfadas, me siento atacada”. O por ejemplo, en lugar de “Me ignoras y pasas de mi”, decir: “Me siento ignorada y pienso que pasas de mi”. De este modo no sólo te haces responsable de tus pensamientos y emociones, sino que además estarás evitando la respuesta defensiva de tu pareja.

6. PACTOS EN PAREJA: Una pareja es la unión de dos personalidades, dos formas de ver el mundo, dos biografías con sus respectivas mochilas que no tienen por qué compartir su visión del mundo, y que además, no tienen poderes adivinatorios ni la capacidad de leer la mente del otrx. Aunque algo te parezca “lo normal” porque siempre lo has hecho así, o porque así lo ha hecho tu familia, no tiene por qué serlo para tu pareja, de ahí la importancia de hablarlo y ponerlo en común. Si queréis que la convivencia sea positiva y os sume, sentaos a hablar de la letra pequeña de la misma y llegad a acuerdos al menos en estos temas: tipo de convivencia, grado de compromiso, relación con amigxs y respectivas familias de origen, educación de los hijxs (si los hay), reparto de responsabilidades domésticas, ocio y vacaciones, sexualidad y economía y finanzas. Y si no sois capaces de hacerlo, quizás es momento de replantearse la convivencia o quizás buscar ayuda profesional que os asista en estas temáticas. Nuestro equipo de psicólogas especializadas en intervención en los conflictos de pareja está a vuestra disposición para ayudaros en todo lo que necesitéis.

7. ANTE EL CONFLICTO, EL/LA QUE CEDE GANA: Es muy común que en la convivencia en pareja surjan roces y discusiones y queramos llevar la razón y ganar la disputa (¡nuestro ego sale a ganar!). Sólo que en una sociedad cooperativa como lo es una relación de pareja, que el otrx “pierda”, implica que pierde la sociedad, y por ende, pierdo yo. Tener la razón no es más que una “ficticia” y efímera medalla para nuestro ego. ¿Crees que al final de la relación te van a dar un premio por ser el o la que más veces tuvo la razón? Tener la razón no te calienta los pies por las noches, ni te abraza cuando te sientes mal. Si de verdad quieres “ganar” y “quedar por encima” espiritualmente hablando, CEDE. Te propongo un reto: durante una semana cede a todo lo que proponga tu pareja. No le lleves la contraria y prueba a hacer las cosas a su manera. Tómatelo como un experimento. ¡¡Te sorprenderá lo que descubras!!

8. BARAJA OTRAS OPCIONES: Aunque la convivencia en pareja es lo habitual y podríamos decir que es lo esperado social y culturalmente, tengo noticias para ti: No estás obligado u obligada a hacerlo. Cada vez más personas se están subiendo al carro de las parejas de convivencia a tiempo parcial, o relaciones que se mantienen en el tiempo sin estar bajo el mismo techo. Sí, como lo oyes: parejas que deciden voluntariamente sólo convivir en determinados momentos y mantener su vivienda independiente. Se trata de un formato “menos económico”, pero no exento de ventajas. Otra opción poco convencional, pero que gana adeptxs es vivir bajo el mismo techo, pero con habitaciones separadas, de modo que cada uno tiene su “espacio personal”, que se comparte si se desea, pero no por sistema. ¿Seguro que no habías pensado que habría tantas opciones? Pues hay ¡tantas como parejas!

La convivencia en pareja es y siempre será un reto y también una oportunidad de aprendizaje y autoconocimiento. Construye el formato que mejor se adapte a ti y tu relación, disfrútalo y haz que te sume. Y no olvides que no puedes hacer feliz a nadie, igual que nadie puede hacerte feliz a ti. Sólo puedes ofrecer tu felicidad e invitar a que tu pareja la comparta.

 

Rebeca Lajos Rañó
Psicóloga en Aidé Psicología



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