Motívate! Automotivación como motor

Cómo automotivarnos

Todos nos hemos sentido alguna vez desganados o aburridos. De todas las cosas que puedes hacer en tu tiempo libre, ninguna parece ser lo suficientemente buena o entretenida como para levantarse del sofá (incluso si esa actividad es una de tus favoritas), o bien no nos llena en absoluto lo que estamos haciendo. En ambos casos, lo que te ocurre es que estás desmotivado. Todos hemos tenido esa falta de ganas alguna vez, pero se vuelve un problema cuando nos asalta día sí y día también. Si ese es tu caso, aquí te vamos a explicar qué es lo que está ocurriendo y cómo ponerle freno.

Algunos factores que pueden hacernos perder la motivación por lo que hacemos o por lo que queremos hacer, pueden ser el estrés en el trabajo, la escuela o la familia, la monotonía o la falta de actividades de ocio que realmente nos llenen. O en casos más graves, puede tratarse de un síntoma de depresión.

Pero, a diferencia de lo que se suele pensar, la motivación es algo que se puede construir si sabemos cómo hacerlo. No hay remedios mágicos ni técnicas secretas; los cambios reales requieren tiempo, así que tienes que dedicárselo para poder obtener frutos. Estas directrices que os vamos a mostrar pueden servir de punto de partida:

 

  1. Valora lo que haces

Si consideras que lo que estás haciendo no sirve para nada o que es una pérdida de tiempo, ¿qué sentido tiene hacerlo? Y peor aún, ¿Por qué estás haciendo eso y no algo más útil? No darle a lo que hacemos la importancia que se merece no nos motiva a seguir haciéndolo. Así que, empieza a apreciar lo que haces o cambia de actividad (ya sea de ocio, laboral o personal).

 

  1. Cambios

Si crees que lo que haces no vale la pena o no te motiva, ¿Por qué no plantearse un cambio? A veces, el problema es que no estamos conformes con nuestra situación actual y creemos que no hay ninguna opción mejor. Pero SIEMPRE hay una opción mejor, por lo que una época de cambios nos ayudará a tener otra perspectiva de la situación y nos permitirá enfocarnos en aquello que verdaderamente nos gusta y nos hace sentir motivados/as.

 

  1. Establece metas y objetivos

Del mismo modo que no tiene sentido que un barco viaje sin rumbo ni destino, vivir sin metas puede hacernos sentir como si fuésemos a la deriva. Quizás hay algo que nunca hiciste por miedo a fracasar o por la dificultad que suponía, pero nunca es tarde para intentarlo. Con fuerza de voluntad, hay pocas cosas que se nos resistan.

 

  1. Divide tus metas en sub-metas

Si te planteas un objetivo que dura años conseguir y cuyos frutos no vas a ver hasta que lo hayas logrado (y eso si lo logras), es normal que te desmotives. Divide la meta en “pasitos”, y así podrás ver recompensados tus esfuerzos a más corto plazo. Eso, sin duda, te motivará a continuar.

 

  1. Tómate tu tiempo

No esperes crear obras de arte si has empezado a dibujar hace unos días. A las cosas hay que dedicarles tiempo para poder mejorar, y la única forma de hacerlo es ir paso a paso y a un ritmo asequible. Si lo quieres hacer todo de golpe y obtener resultados inmediatos, lo único que conseguirás es estresarte y desmotivarte aún más.

 

  1. Valora tus pasos

Muchas veces, lo más gratificante de alcanzar una meta es el camino que hemos recorrido. Valora los pequeños avances que vayas logrando (e incluso prémiate por ellos), porque cada pequeño logro es una victoria que enriquece tu experiencia vital.

 

  1. Organízate y establece ratos para descansar

Todos necesitamos tiempo para trabajar y tiempo para descansar. El cansancio es una de las causas más comunes de la desmotivación, y se puede prevenir organizando nuestro tiempo en periodos diarios de trabajo, descanso y ocio. Todos necesitamos recuperar las energías, por lo que buscar huecos en nuestro horario para descansar o hacer algo que nos guste puede servirnos para recargar las pilas.

 

  1. Aléjate de la negatividad

Rodéate de personas que valoren tus esfuerzos, que sean motivantes y busca ambientes que te hagan sentir cómodo y que te inciten a realizar tu trabajo o hobby. Compañeros de trabajo o colegas que sólo saben criticar o ver el lado negativo de nuestro trabajo, así como ambientes desagradables o poco adecuados para la tarea, pueden ser factores que provoquen o  agraven nuestra falta de motivación.

 

Así que, VAMOS ALLÁ!!  Y si crees que solo no puedes, o que esta desmotivación se une a síntomas depresivos, no dudes en buscar ayuda psicológica. A veces, necesitamos una «brújula» que nos guíe y qu e nos diga que estamos en el buen camino.

Paula Domínguez Alarcón

Prácticum en Aidé Psicología

 



×