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Los 6 hombres que toda mujer debería tener

Hace poco cayo en mis manos un libro sobre parejas bastante interesante: “Los 6 hombres que toda Mujer debería tener” del Doctor Steven Craig. Lo primero que me llamo la atención fue el titulo, me pareció simpático y me despertó la curiosidad, ¿que quería decir con eso de 6 hombres? Después de leer el libro me reafirmo en que es un buen titulo porque es una forma original de expresar una de las ideas más relevantes de terapia de pareja, que es la importancia del cambio.

Me explico, para que una relación de pareja pueda sobrevivir a las diferentes crisis que se dan a lo largo del tiempo es fundamental adaptarse a las nuevas circunstancias y esto se hace a través del cambio.

En este libro se plantean diferentes cuestiones que comparto, entre ellas las que se refieren a las llamadas “piedras angulares” de una relación, que son diferentes capacidades que se deben desarrollar para que la relación de pareja vaya bien: madurez, flexibilidad, compromiso, confianza y capacidad para comprender y alcanzar una determinada intimidad (crear un vínculo emocional con el otro).

Otra de las cuestiones que se explica en el libro es las diferentes fases por las que se pasa en una relación de pareja y son:

  •  Inicio de la relación.
  • Recién casados.
  • Cuando vienen los niños.
  • Lazos familiares.
  • Nido vacío.
  • Los años dorados.

 

Este autor lo que hace es relacionar cada fase de la relación de pareja con el marido y la esposa ideal y así nos presenta 6 hombres para cada mujer y 6 mujeres para cada hombre.

Lógicamente el libro tiene algunas lagunas, no es perfecto; utiliza un lenguaje demasiado tradicional y habla de recién casados, de marido y de esposa, y realmente lo que cuenta, es válido para cualquier relación de pareja, estén casados o no, eso si, que haya convivencia. También habla de parejas que tienen hijos y no todas las parejas tienen hijos, lo que cuenta es totalmente válido pero he echado en falta un apartado para parejas que no tienen hijos pero que también se tienen que enfrentar a crisis en su relación.

Partiendo de lo comentado anteriormente, me gustaría compartir con vosotros/as algunas ideas que me parecen relevantes con relación a la pareja.

Una de estas ideas es la importancia de saber tener espacio de pareja, es decir, espacio compartido y espacio personal, que no tiene que ser compartido con la pareja, estos dos espacios no tienen que estar al 50% pero si deben de existir los dos y en una proporción parecida, entre ambos miembros. Los dos errores más habituales sobre esta cuestión radican primero, en pensar que “como ahora tengo pareja TODO lo tengo que hacer con él o con ella”, lo cual puede crear agobio en una o en las dos partes, ya que por tener pareja no dejo de ser una persona individual con unos gustos y necesidades individuales; Y el segundo error es lo opuesto, querer defender la independencia por encima de todo y no querer compartir espacio con la pareja, lógicamente esto crea distanciamiento y del distanciamiento a la ruptura hay un paso.

Otro de los retos de la pareja cuando se establece una convivencia es el crear normas propias, es decir, cada uno/a viene con las normas de su familia de origen. La mayoría de las veces lo que ocurre es que lo que para uno/a es totalmente normal para el/la otro/a no, porque ha crecido con otras normas, con lo que tienen que crear unas normas conjuntas que les sirvan a los dos, las cuales tendrán que consensuar. Cuando se empieza una convivencia toma mucho más sentido el “nosotros” y para crear un “nosotros” hay que dialogar mucho, algunas veces de temas que no me gustan o no estoy cómodo/a hablando de ello.

Una de las fases que suele ser más problemática para una pareja es la llegada de los hijos. En dicha fase lo difícil es adaptarse emocional y psicológicamente a tener hijos, y esta adaptación es individual, es decir, dependiendo de factores personales te adaptaras mejor o peor a esta situación. El problema es que en esta fase es fundamental trabajar como equipo frente a las dificultades que pueden crear la maternidad o paternidad, y si hay problemas de adaptación nos va a resultar difícil trabajar en equipo. Si esto ocurre, lo mejor es reconocer que nos esta costando y pedir la ayuda que se necesite (incluso profesional).

La fase de los hijos es muy larga, ya que comprende todo el tiempo que viven los hijos con los padres, y en los últimos tiempos se va retrasando la ida de los hijos de casa (lo que en psicología se conoce como “nido vacío”), fundamentalmente por temas económicos. Que esta fase sea tan larga tiene como consecuencia que la pareja se tiene que adaptar a los diferentes requerimientos que tenga ser padre o madre en cada momento. No es lo mismo tener un bebé, que un niño de 5 años o de 17, las exigencias son totalmente diferentes. Y como he dicho antes, la pareja tiene que trabajar como un equipo, pero este equipo debe de ir cambiando según las situaciones.

La fase que viene después de la anteriormente descrita es la conocida como “nido vacío”, cuando se van los hijos de casa. Es un momento de volver a conectar con la pareja, hay que buscar una identidad individual nueva (mis hijos ya no me necesitan tanto) y en consecuencia hay que crear una identidad de pareja también nueva. Es esta una fase donde la pareja puede reinventarse y crear una nueva relación con todo lo positivo que puede tener eso o, al contrario, pueden “mirarse” y ver que lo único que los mantenían unidos eran los hijos, por esto hay un número elevado de separaciones en esta etapa de la vida.

Hay algo que como terapeuta, siempre tengo muy presente e intento trasmitir a mis pacientes, y es que la pareja puede ser una fuente de mucha felicidad, pero también de mucho sufrimiento. Hay que intentarlo y si no se puede, si la cosa no funciona, afortunadamente, no solo hay una persona adecuada para cada uno/a de nosotros/as, es cuestión de seguir buscando.

Carmen María Miera Ardila
Psicóloga-Sexóloga Aidé



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