Ansiedad, fibromialgia y depresión: ¿Cuál de estas tres patologías estoy padeciendo?
Forma parte de nosotros el impulso de conocer la causa o la razón de nuestras sensaciones o emociones, al fin y al cabo, su función es alertarnos de que algo está ocurriendo. Sin embargo, la respuesta muchas veces es poco clara, pues múltiples causas pueden dar lugar a una misma sensación o síntoma. A continuación, vamos a describir las similitudes entre los síntomas de ansiedad, depresión y fibromialgia. “Me duele todo el cuerpo”, “Tengo el cuerpo tenso, pesado, rígido” o “Me siento muy cansada” son quejas frecuentes entre quienes padecen problemas de depresión y/o ansiedad y también fibromialgia.
Las personas con depresión y, sobre todo, las personas que tienen ansiedad moderada o grave, tienden a mantener los músculos tensos de forma crónica, lo que genera dolor muscular, cansancio y, a veces, sensación de rigidez. Síntomas que aparecen también en la fibromialgia. Esta amalgama de síntomas no siempre tiene una causa clara y genera gran desesperación en las personas que los padecen debido a la falta de control sobre ellos.
¿Eso significa que tengo, además de depresión o ansiedad, fibromialgia? No necesariamente.
La ansiedad es un trastorno emocional que se caracteriza por nerviosismo, preocupación excesiva y miedo o pánico desproporcionado para la situación en la que aparece. Con frecuencia aparecen síntomas como sensación de mareo, falta de aire, tensión muscular y dolor muscular, cansancio, palpitaciones, temblores, inquietud o agitación, síntomas gastrointestinales, sudoración, problemas de sueño y dificultades para concentrarse.
La depresión es un trastorno emocional caracterizado por una tristeza constante y una pérdida de interés por las actividades cotidianas que tiene un importante impacto en la vida de las personas. Además de la tristeza, la depresión cursa con un conjunto de síntomas que incluyen irritabilidad, apatía, desesperanza, pensamientos suicidas o de que la vida no merece la pena, retraimiento social, problemas físicos como dolor crónico, síntomas gastrointestinales, cambios en el apetito, problemas de sueño, dificultades para concentrarse y aprender y problemas de memoria.
La fibromialgia es una enfermedad crónica que con frecuencia reduce significativamente la calidad de vida de quien la padece porque sus principales síntomas son el dolor generalizado, la rigidez muscular, el cansancio, los problemas de sueño y los problemas cognitivos como dificultades para mantener la atención y concentrarse.
Por lo tanto, no es difícil encontrar muchas situaciones en las que los síntomas de depresión, fibromialgia o ansiedad se solapen.
Ansiedad, fibromialgia y depresión: síntomas comunes
La ansiedad, la fibromialgia y la depresión comparten algunos síntomas, lo que puede dificultar, en algunos casos, distinguir cuál de estos trastornos aparecen. Veamos algunos ejemplos.
1. Dolor y fatiga: crónicos y generalizados
El dolor es el síntoma más característico de la fibromialgia. Es importante destacar que se trata de un dolor crónico y generalizado, que no se explica por otra causa como, por ejemplo, la artrosis o una lesión.
Pero, como mencionábamos antes, la tendencia a mantener continuamente los músculos tensos de las personas con ansiedad o depresión puede generar el dolor muscular, la fatiga y la sensación de rigidez que presentan las personas con fibromialgia.
2. Problemas de sueño
Aunque el dolor es el síntoma más frecuente en la fibromialgia existen otros síntomas que también son compartidos con los trastornos de ansiedad y de depresión: los problemas de sueño.
El insomnio y los despertares frecuentes hacen que la persona no descanse adecuadamente y que, con ello, se potencie la sensación de cansancio, la preocupación y las emociones negativas asociadas, como la irritabilidad y la tristeza.
3. Problemas cognitivos
Las dificultades cognitivas que presentan las personas con alguno de estos trastornos también son similares en la depresión, la fibromialgia y la ansiedad: enlentecimiento del procesamiento, dificultades para mantener la atención, concentrarse y aprender, y problemas de memoria.
¿Cómo puedo saber si es ansiedad, fibromialgia o depresión enmascarada? ¿A quién recurro?
La valoración médica y psicológica servirá para distinguir los trastornos de ansiedad generaliza, fibromialgia y depresión mayor, y, de esta forma, planificar el tratamiento más adecuado en cada situación.
Si la persona tiene un trastorno de ansiedad o depresión, la psicóloga debe orientarse mayoritariamente en ejercicios para calmar los nervios o técnicas de reestructuración cognitiva, relajación y solución de problemas.
En cambio, si los profesionales determinan que lo que tiene esa persona es fibromialgia, su tratamiento debe ser multidisciplinar, es decir, aunar la orientación médica con la psicológica. En la actualidad no existe un tratamiento que la cure, sin embargo, sus síntomas pueden aliviarse mucho mediante diferentes tratamientos y terapias.
Aunque padecer fibromialgia no conlleva necesariamente tener sintomatología ansiosa o depresiva, su tratamiento debe orientarse hacia el adecuado control del estrés, el acondicionamiento físico a través del ejercicio físico regular, que mejore los procesos de circulación sanguínea y, si fuese necesario, medicación. Además, dado que en la fibromialgia el sistema nervioso responde de forma anormal al estrés, la intervención psicológica debe orientarse a mejorar la respuesta al mismo, incluyendo técnicas de reinterpretación sensorial, relajación orientada al control de la vasodilatación y vasoconstricción periférica, manejo de contingencias y control de estímulos, solución de problemas y habilidades sociales y reestructuración cognitiva.
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María José Collado Mateo
Psicóloga Cuarto de Contadores