¿Cómo aumentar la libido? 7+1 fórmulas infalibles para recuperar tu deseo sexual
Quizás, en algún momento de tu vida, hayas notado una bajada o falta de apetito sexual y te hayas preguntado cómo aumentar la libido. En este post te daremos 7+1 trucos para recuperar y/o aumentar tu apetito sexual.
Empecemos por el principio. ¿Qué es el deseo sexual? El deseo sexual o líbido es la necesidad, la apetencia, las ganas, de tener un contacto sexual (en el sentido más amplio de la palabra, y no solamente referido al coito). Sería algo así como el “hambre, las ganas de comer” si lo comparamos con la alimentación. Y siguiendo con el paralelismo, no siempre tenemos el mismo apetito, e incluso en determinadas circunstancias podemos llegar a tener incluso una falta total de libido.
Posibles causas de la pérdida de libido
(si sabes qué puede estar detrás de tu falta de deseo, ya tienes la mitad del camino recorrido)
- Biológicas. La pérdida de apetito sexual puede deberse a causas biológica, como trastornos endocrinos, insuficiencia renal, trastornos neurológicos, hipertensión, cáncer… También los cambios hormonales (menopausia, embarazo, lactancia…) pueden afectar al deseo, así como el uso de determinados medicamentos (antidepresivos, píldora anticonceptiva, algunos antihistamínicos…).
- Psicológicas. Suelen ser las principales causas que motivan la falta de interés por el sexo.
- Aburrimiento, rutina
- Estrés
- Otra disfunción sexual: eyaculación precoz, problemas de erección, dolor en las relaciones…
- Malas experiencias sexuales previas
- Baja autoestima
- Educación sexual deficitaria o sesgada
- Falta de comunicación en la pareja
- Aparición de una tercera persona
- Ansiedad ante las relaciones sexuales: miedo a la intimidad, ansiedad anticipatoria, inexperiencia…
- Falta de atracción por la pareja
- Problemas de pareja
- Sentimientos de peligro ante las relaciones sexuales (miedo al embarazo, por ejemplo) o presencia de relaciones sexuales sin ganas o forzosas.
- Otros problemas de tipo psicológico: depresión, ansiedad, obsesiones…
La incidencia de los problemas de falta de deseo sexual es difícil de establecer, a veces por falta de consenso en la definición del propio trastorno u otras, como ocurre con las demás dificultades sexuales, por “el anonimato” en el que se mantienen. En lo que sí hay consenso es en que la falta de libido es un problema sexual mucho más frecuente entre las mujeres (con prevalencia, según autores, entre el 22% y el 50% de la población femenina) que entre los hombres (con prevalencia, según autores, entre el 10% y el 15%).
El deseo es una fase de corte más “psicológico” dentro de la respuesta sexual humana (que consta de cinco fases: deseo, excitación, orgasmo, resolución y satisfacción). Además, el deseo no cuenta con un correlato fisiológico con el que se pueda medir de forma objetiva (cosa que sí ocurre con otras fases de la respuesta sexual, como el orgasmo o la excitación). Es decir, la forma de saber cómo es nuestro deseo, es a través de nuestra propia percepción subjetiva (igual que ocurre con el hambre).
Pero vamos ya con el meollo de la cuestión… ¿Cómo aumentar el deseo sexual y recuperar la sexualidad en la pareja?
El deseo sexual se puede activar o despertar a través de estímulos eróticos externos que percibimos a través de nuestros sentidos: caricias, imágenes, aromas, sabores, sonidos, presencia de un cuerpo que nos resulta atractivo… Y también puede ser estimulado por estímulos eróticos internos: pensamientos eróticos, fantasías, sentimientos… Sabiendo esto, tenemos aquí una gran fuente de recursos para mejorar la libido y solucionar los problemas que puedan existir en cuanto a la falta de sexualidad en la pareja. Activa tus sentidos y tus fantasías y podrás potenciar tu deseo de una forma sorprendente.
¿Cómo tener mayor apetito sexual? 8 consejos infalibles.
- Para sentir deseo, hay que tenerlo presente. Es posible que con la rutina y el ritmo de vida tan acelerado que en ocasiones tenemos, releguemos lo sexual al último apartado (lo último después de una larga serie de obligaciones que difícilmente llegamos a cumplir). Hay que darle prioridad: tenemos que pensar en él, tenerlo en mente, alimentarlo… De no ser así, la falta de costumbre hará que sea más factible que desaparezca, e incluso que no lo lleguemos a echar de menos. ¿Qué te parece si llevas un pequeño diario donde apuntes qué vas a hacer hoy por tu deseo? Quizás llevar lencería sexy, darte la crema corporal de forma consciente, recordar un encuentro sexual o preparar mentalmente el próximo, leer algún breve relato erótico, darte un baño de espuma… De esta manera, no pasará ni un día sin que tengas el sexo presente, lo que, sin duda, catapultará tu deseo.
- Autoestimulación (conocimiento de nuestro propio cuerpo). No hablamos únicamente de masturbación, sino más bien de “autoerotismo”, que es un término más amplio y no se centra únicamente en los genitales, sino en sentir placer a través de acariciarnos todo el cuerpo. Nuestro mayor órgano sexual es… ¡¡la piel!! Estamos rodeados de dos metros cuadrados de piel con terminaciones nerviosas altamente sensibles y en la mayor parte de los casos nos centramos sólo en una pequeña parcela genital… Desata todo el potencial placentero que hay en ti descubriendo cada centímetro de tu piel a través de las caricias.
- Creación de fantasías. Como decíamos antes, es una forma de estimulación interna de nuestro deseo. No tienen por qué ser compartidas, pueden quedarse sólo en la intimidad de tu cabecita: “Yo me lo guiso, yo me lo como”. Si quieres saber más, no te pierdas nuestro artículo sobre “Fantasías sexuales: Ángeles o demonios”.
- Masajes y caricias. Una puerta al deseo es la relajación: caricias, suaves masajes en distintas partes del cuerpo en un ambiente relajado… pueden ser la puerta a un encuentro sexual altamente gratificante. También puedes ayudarte de objetos: masajeadores, plumas, hielo, pañuelos de seda… Y no olvides tener a mano algún aceite aromático para hacer la experiencia aún más placentera.
- Aumentar el tiempo de estimulación. El “aquí te pillo, aquí te mato” puede estar muy bien, pero no hagas de él tu único modo de tener relaciones. Esta bien de vez en cuando un poco de “comida rápida”, pero la cocina a fuego lento es más sabrosa y apetecible.
- Uso de juguetes sexuales, como una forma de introducir novedad en las relaciones y luchar contra el síndrome del “sábado sabadete… esta noche si que metes”. El uso de este tipo de materiales no es obligatorio, sino una posibilidad. Es importante estar de acuerdo, para evitar posibles situaciones incómodas o de presión. Si quieres saber más acerca de los juguetes sexuales, haz clic aquí.
- Ejercicios de Kegel (entrenamiento de los músculos pubicoxígeos). Tienen más que ver con la excitación y con ser un facilitador orgásmico, que con el deseo en si, pero nunca vienen mal, puesto que fortalecen los músculos y favorecen la irrigación sanguínea de la zona. Si quieres saber más, no te pierdas el siguiente artículo.
- Terapia sexual. En ocasiones es necesaria la intervención de un/a profesional para resolver los problemas de deseo. Nuestro equipo de sexólogas posee una formación especializada de cara a resolver dificultades de índole sexual, entre las cuales la disminución o pérdida de apetito sexual y la falta de deseo sexual en la pareja son algunas de las más frecuentes.
Esperamos que estas ideas te sirvan de inspiración para aumentar tus ganas de hacer el amor y disfrutar de una sexualidad aún más plena y consciente.
Rebeca Lajos Rañó
Psicóloga-Sexóloga en Aidé